Los lunes, con #ElDatoenCorto, queremos que te lleves un dato que no puedas encontrar en ningún otro lado.
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En corto: los asuetos son el de año nuevo, el 1 de enero; el Aniversario de la Constitución, el 3 de febrero; el natalicio de Benito Juárez, el 17 de marzo; el Día del Trabajo, el 1 de mayo; la Independencia de México, el 16 de septiembre; la Revolución Mexicana, el 17 de noviembre; y Navidad, el 25 de diciembre.
Vale la pena destacar que cada seis años, México tiene un octavo asueto: el día del cambio de Presidencia, uno que vivimos el pasado día primero de octubre de 2024, cuando Claudia Sheinbaum se convirtió en Presidenta del País.
Este #datoencorto debería despertar dudas sobre cómo pasamos nuestro tiempo. ¿Realmente vale la pena pasar más de 2,200 horas - poco más de 91 días - trabajando sin parar? ¿Es justo que tengamos que trabajar casi el doble que el promedio de los países de la OCDE para tener un día de asueto laboral? A partir de la respuesta a esta pregunta, es más fácil entender por qué el movimiento por la jornada laboral de 40 horas tiene mucho peso político detrás.
Las 40 horas: desde hace varios años el Congreso ha evitado la reforma que propone disminuir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. Si bien, definitivamente sería difícil para las empresas que tendrían que adaptar sus formas de operar, también es un hecho que en materia de derechos laborales México tiene mucho que mejorar - y según lo que nos dice este #datoencorto, hay amplia lógica detrás de la exigencia para dejar de trabajar tanto como ya lo hacemos.
¿Será este el año en el que se apruebe una jornada laboral de 40 horas?