El Efecto Corruptor
La tensión en el país cada vez se hace más intensa, mientras nos acercamos al inicio de un ciclo electoral, que como siempre, pretende ser el más grande e importante en la historia.
Artículo escrito por: Raúl Castañeda
Si el lector es ávido consumidor de noticias se dará cuenta que estas suelen girar alrededor de personas. A fin de cuentas, somos nosotros como personas quienes encabezamos las instituciones que otorgan seguridad al país y las que deciden qué rumbo político es el que tomarán, o dejarán de tomar.
Lo que se viene…
La tensión en el país cada vez se hace más intensa, mientras nos acercamos al inicio de un ciclo electoral, que como siempre, pretende ser el más grande e importante en la historia. Que en algún punto tiene razón esa afirmación pues lo más importante siempre está por venir. Una elección que, mientras Movimiento Ciudadano no parezca proponer algo serio, apunta a ser cada vez más parecida al sistema bipartidista americano, dos opciones, no hay de otra.
De Nuevo León ya se ha hablado bastante y con justa razón, la crisis que atravesó el estado estas semanas fue voluntariamente inducida, nadie le mandaba a nadie hacer lo que hizo, más ese no es el punto de este artículo. Sino la tendencia de ciertos personajes, quienes no tenían necesariamente una “mala fama”, de acercarse o anhelar el poder. La pregunta de donde nace y que rodea a este artículo es justamente aquella que busca saber cuál fue la moneda de cambio en estos movimientos políticos.
Primer personaje: Samuel García
Si bien en otro artículo de este mismo medio dí a entender que era muy evidente que Samuel se destaparía para la presidencia, creo que no se ha resuelto el porqué de su candidatura. Sería muy ingenuo pensar que Samuel no sabría del enorme costo político que tendría que se contradijera sobre algo que expresamente negó en su campaña para gobernador.
¿El intento de MC por desmarcarse de la coalición Va por México es suficiente para el costo político del circo que se armó en el estado? ¿O existe algo más que hizo que Samuel tuviera esta epifanía por arreglar México? Después del pleito con el congreso en donde casi no lo dejaban regresar al puesto, ahora resulta que la bancada de oposición siempre sí va a dejar que tome cargo, días después de que el gobernador hablará de unos supuestos “puntos petitorios” que tenía que cumplir para que la mayoría del congreso le permitiera dejar al Javier Navarro como gobernador interino.
Segundo personaje: Arturo Salinas
Ahora llegamos al segundo personaje: Arturo Salinas. Al igual que con Samuel: ¿Cuál es la probabilidad de que la máxima autoridad de uno de los poderes del estado —aquel que se dedica al derecho por cierto— considere que es elegible para ser titular de otro poder distinto?
Por más que no le cuesta políticamente a Arturo Salinas el aceptar ser postulado, resulta imposible pensar que el congreso no pudo haber designado a alguien legalmente elegible, por decir lo mínimo. La carrera como Magistrado de Salinas estaba, hasta ahora, bastante limpia y libre de percances, dirigiendo a uno sino es que el poder judicial estatal más modernizado del país. Uso sus afiliaciones partidistas, o bien ellas a él, por un mero intento de llevar el mando en el interinato del Estado. El final todos lo conocemos, y ahora su página de búsqueda sólo muestra aquella imagen del magistrado que no pudo ser gobernador.
Tercer personaje: Arturo Zaldívar
Que, hablando del tema, y de Arturos, llegamos al zócalo de la Ciudad de México para hablar del ex ministro presidente Arturo Zaldívar, quien “sorprendió” con la noticia de que se retira de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para unirse al equipo de la precandidata por Morena Claudia Sheinbaum. Viri Ríos para Milenio ya daba una lectura de este tipo, pero no para el beneficio de Zaldívar, sino entre Claudia y el presidente: ¿Qué valor agregado tiene Zaldívar en tu equipo frente a una nominación a la corte?
El patrón es el mismo y de cara a aquella decisión que hacemos cada seis años: ¿Cómo podemos confiar entonces en un proyecto político? Pareciera que la respuesta que ofrecen todos los nombres que se mencionaron está condicionada por el propio sistema en el que participan.
Reflexiones
Más que reflexionar sobre el sistema en el que juegan estos actores, hay que cuestionar qué significa ser un servidor público hoy en día. Puestos como una gubernatura de un estado, la presidencia de un tribunal o de todo el poder judicial se achican frente a movimientos como estos y los hacen ver como meras plataformas para algo más:¿Plataformas de qué? ¿Que te llevan a donde? Las acciones que se toman en los cargos públicos se han alejado de los supuestos proyectos serios que escuchamos en campañas, y se han vuelto una simple moneda de cambio para asegurar trabajo el siguiente sexenio.