Moche al juez: el corte de fideicomisos al Poder Judicial Federal
El derecho se está moviendo, avanzando y constantemente se está haciendo, siempre en gerundio.
Artículo escrito por: Raúl Castañeda
Si es que me puedo decir abogado, o como mínimo parte del gremio que discute el derecho, me permitiré tocar el tema.
Creo fuertemente que se necesita una base mínima en derecho para comprender al cien qué hacen las fiscalías, qué resuelve un juzgado, y a qué se dedica. El que no nos sepamos explicar, he de admitir, es culpa nuestra.
Recuerdo las primeras veces que llegué a ir a un juzgado federal y sentí lo imponente de su estructura. Imagínese el lector al pasante más rookie posible. Siempre de novedoso diciéndole “Lic.” a todo el mundo, consultando expedientes, y haciendo preguntas con palabras técnicas que me rebasaban; sentimiento que se fue diluyendo cuanto más iba a visitarlos. Hoy, esos juzgados federales se encuentran en huelga de labores por la reciente reforma legal que extingue 13 de los 14 fideicomisos adscritos al Poder Judicial Federal. Resulta inevitable recordar la experiencia de ver tangible el derecho en esos juzgados.
La controversia
Menciono la necesidad de saber un alguito, pues en vista del discurso público en torno al tema, se necesita saber mucho. Se habla de privilegios, de subejercicios, y de “democratizar” la Corte. El gobierno federal, viene sosteniendo que la Suprema Corte, y por alguna razón el resto del PJF, carecen de independencia y que el sistema de justicia necesita una prueba de austeridad. Pareciera que la pregunta necesaria es esa, sobre la independencia judicial: ¿Por qué queremos juzgados independientes?
Recientemente, en un artículo de opinión de Viri Rios para “El País” se explicaban los fideicomisos, se criticaba a los discursos como distorsionados, y cerraba con que los fondos no aportan a la independencia del poder judicial.
Creo que es todo lo contrario. El PJF, aparte de sus fideicomisos, tiene un presupuesto ordinario. Es decir, el gasto generalizado que utiliza cada año, mismo que por ley se vota en el congreso. Este gasto aún no se discute, pero no es tan difícil apuntar, que si lo que se busca es austeridad, este no termine dañado.
Por ejemplo…
Un ejemplo es la reforma laboral del ‘19, la desaparición de las famosas juntas de conciliación y arbitraje implicó para el PJF la creación de nuevos juzgados, contratar personal, espacios e infraestructura. El congreso no destino más presupuesto para todo esto, para ese tipo de gastos es el dinero de los fideicomisos. Los fideicomisos otorgan seguridad jurídica, o más bien de acción, un colchón pues.
El trabajo de jueces y juezas, magistrados y magistradas, y ministros y ministras es en muchos casos el de potencializar derechos humanos, como en el caso de los precedentes que impulsaron la reforma laboral. Se puede reflexionar sobre temas de ese tipo, pues existe un margen de acción (el colchón del que hablábamos) que permite pensar el derecho de formas nuevas y potencializar el avance de derechos humanos en sede judicial, así como en sede legislativa.
Estos derechos se traducen en muchos de los que gozan los trabajadores del PJF, como lo son los permisos de paternidad, entre otros más. Presionar con dinero, la verdad que no es nada nuevo para este gobierno, e incluso la candidata guinda a la presidencia ya toma como propuesta los recortes al PJF y la elección popular de los ministros y ministras que integran la Suprema Corte; tema del cual lo único que diré, puesto que ya se ha discutido en esta plataforma, es que así como no votamos por quienes son los médicos en un hospital o en una operación, no parece una buena idea elegir a quienes integran la Corte. El fondo del derecho sí, es político; pero su aplicación es necesariamente técnica.
¿Contradicciones?
En la votación de los fideicomisos, incluso la propia ex-ministra y senadora morenista Olga Sánchez Cordero voto y se pronunció en contra del recorte y en defensa de los fideicomisos como salvaguarda de los derechos de los trabajadores del PJF. Esa misma noche, esa bancada que pretende cuidar a los trabajadores, aprobó una reforma a la Ley Federal del Trabajo que hace obligatorio a los empleadores el descuento de la cuota sindical en nómina a sus trabajadores. ¿El discurso? Contradictorio como siempre, y en este caso en particular, como dijo la senadora morenista, el nivel y capital técnico de los colaboradores del PJF es imprescindible.
He de decir también que en mi opinión le falta sal a la respuesta del PJF. Está haciendo todo por defenderse en lo público, pero creo que esta también era una oportunidad para acercarse a la ciudadanía: en hacer entendible su práctica y el conocimiento que todos los colaboradores de esta institución tienen sobre la materia, en transparentarse y en buscar suavizar las formalidades del trabajo judicial un ratito nada más. Por otro lado, creo que estudiar esta carrera en estos tiempos no es para nada aburrido.
La defensa del derecho como una herramienta para acercarnos a los ideales de justicia que creemos, necesita de instituciones fuertes y de una intrínseca independencia de criterio. No podemos meter freno de mano a la maquinaria judicial. El derecho se está moviendo, avanzando y constantemente se está haciendo, siempre en gerundio.