La lucha frente a la violencia política de género continúa.
En las elecciones del 2024, es casi un hecho que una mujer tomará posesión del poder ejecutivo en México, ya sea Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez. ¿México está listo para ser liderado por una mujer?
Artículo escrito por: Ana Luz Sánchez
El 25 de noviembre, Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, inició una campaña de activismo de 16 días que busca abordar la persistente realidad de la violencia de género. ¿Son 16 días suficientes para promover la concientización y erradicar la violencia contra la mujer? Por supuesto que no. Únicamente son un recordatorio más de que la lucha por la igualdad de género es un compromiso constante y multifacético. Y que ésta radica en todas las esferas, inclusive en aquellas que deberían de garantizar que este día, y esta campaña no existieran.
Los datos
Las estadísticas recientes subrayan de manera positiva un cambio en la participación de las mujeres en roles de liderazgo a nivel mundial, incluido un progreso notable en México. Si bien estos avances son encomiables, ponen en la mira los desafíos persistentes en la búsqueda de oportunidades en la representación política. Sin embargo, de acuerdo con cifras de ONU Mujeres, al ritmo actual, la igualdad de género en los más altos cargos de poder no se logrará hasta dentro de 130 años. Únicamente 15 países tienen una mujer Jefa de Estado y 16 países tienen una Jefa de Gobierno.
Dentro de los tipos de violencia de género, existe la violencia política y, de acuerdo con el INE esta afecta el derecho humano de las mujeres a ejercer el voto y a ser electas en los procesos electorales, así como a su desarrollo en la escena política o pública, ya sea como militantes en los partidos políticos, aspirantes a candidatas a un cargo de elección popular, a puestos de dirigencia al interior de sus partidos políticos o en el propio ejercicio de un cargo público.
El caso mexicano
Más allá de que en el panorama mexicano existe una paridad de género del 48.2% en la Cámara de Diputados –lo que coloca a nuestro país en el sexto lugar de representación política parlamentaria de género– existe una urgente necesidad de abordar y penalizar eficazmente la violencia política contra las mujeres en contextos políticos en México. Esto debido a que, de acuerdo con el INE, hubo un aumento significativo de las denuncias de violencia política de género: En 2020 hubo 21 denuncias, aumentando a 301 en 2023. Las soluciones propuestas incluyen monitorear y penalizar a los perpetradores, fomentar la participación de la sociedad civil, garantizar la igualdad de oportunidades en los medios de comunicación y realizar campañas de concientización.
La paridad numérica en el Congreso es solo un primer paso; la verdadera victoria se alcanzará cuando las mujeres puedan desempeñar sus roles políticos sin temor a represalias y cuando el poder no conlleve una carga desproporcionada para unas personas sobre otras. Es responsabilidad de todos, desde los ciudadanos hasta los líderes, colaborar en un esfuerzo coordinado para lograr que cada rincón de nuestra sociedad sea igualitario.
Las elecciones de 2024
En las elecciones del 2024, es casi un hecho que una mujer tomará posesión del poder ejecutivo en México, ya sea Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez. ¿México está listo para ser liderado por una mujer? Claro que sí, y de hecho esta pregunta, que muy probablemente esté presente en noticieros y medios de comunicación, cae en lo machista y es representativa de la falacia de igualdad de género que se vive en la política mexicana.
La elección de una mujer como líder no solo es una cuestión de representación, sino un desafío a las normas de género arraigadas en la sociedad. Es un llamado a cambiar la narrativa para así reconocer y valorar las perspectivas únicas que las mujeres aportan a la toma de decisiones.