La cuestión israelí-palestina
Una cuestión no se ha resuelto con claridad: ¿por qué comenzó el conflicto?
Artículo escrito por: Fernanda Rodríguez
El reciente ataque de Hamás y las ofensivas de Israel han creado conmoción en las últimas semanas con la amenaza de un escalamiento en el conflicto. A pesar de la movilización de los países vecinos, y la condena de la comunidad internacional a la guerra, una cuestión no se ha resuelto con claridad: ¿por qué comenzó el conflicto?
El juego regional
Desde el inicio del conflicto, para la supervivencia palestina, ha sido esencial el reconocimiento de su soberanía por parte de países vecinos y el resto de la comunidad internacional. Por otra parte, el antagonismo entre Israel y los países árabes, así como la resistencia por el reconocimiento de Israel como un Estado, había permitido priorizar la causa palestina como una cuestión política en la región.
Esto lo entienden las autoridades israelíes, pues Israel ha procurado regular sus relaciones con los países vecinos. En ese sentido, por ejemplo, se concentraron los esfuerzos del gobierno de Donald Trump que llegó a acuerdos para normalizar las relaciones entre Israel, Emiratos Árabes y Bahréin.
El desarrollo de las relaciones no sólo está ligado a la diplomacia estadounidense, sino a la creciente influencia de Israel, en cuestiones de inteligencia y seguridad, que le ha permitido establecer vínculos con los países vecinos.
Si bien los países de Medio Oriente, al exterior, deben posicionarse a favor de la cuestión palestina, se han creado relaciones paralelas, y no siempre públicas, con la autoridad israelí.
Por otra parte, el antagonismo hacia Irán, quien se presume como una de las principales fuentes de financiamiento de Hamás, ha permitido construir una alianza entre el gobierno israelí y otros países adversos a Irán, como Arabia Saudita.
Al final, sobre los movimiento geopolíticos en la región, la Autoridad Palestina, e incluso Hamás, han advertido que el desarrollo de las relaciones entre los países árabes e Israel han limitado la opinión palestina sobre un posible acuerdo de paz.
La injerencia estadounidense
Estados Unidos de América constantemente ha tomado el rol de intermediario para resolver la cuestión territorial entre Israel y Palestina. Sin embargo, el mayor traspié para llegar a una resolución fue el Acuerdo del Siglo, celebrado durante el gobierno de Donald Trump; pues fue un acuerdo al que intentaron llegar las autoridades israelíes de la mano de la Casa Blanca, excluyendo a la Autoridad Palestina.
Aunado a lo anterior, la Autoridad Palestina, la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) rechazaron la propuesta estadounidense. Palestina esperaba que la victoria de Biden implicara un cambio sobre el proceso de pacificación propuesto por Trump. No obstante, el actual presidente estadounidense no reanudó dicho intento de pacificación hasta ahora; además de mostrar el fehaciente apoyo estadounidense hacia Israel, a pesar de las anteriores críticas de Biden al gobierno de Netanyahu.
Otro factor: ¿Quién es la autoridad palestina?
Una de las mayores implicaciones que ha tenido el conflicto actual es la diferenciación que se hace entre la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y Hamás. Si bien Hamás es el principal antagonista de Israel en este conflicto, a nivel internacional, la ANP se reconoce como la única representación palestina legítima.
En el pasado, se intentó establecer un gobierno único, no obstante, la movilización de Hamás ha tenido como consecuencia que Israel se niegue rotundamente a negociar si esta agrupación se ve involucrada. Esto, entonces, implica un conflicto con relación a la representación del poder palestino, así como los medios que se utilizan para confirmar su soberanía.
Escalamiento del conflicto
En los últimos días, lo que más ha preocupado a las autoridades regionales es el escalamiento del conflicto y las potenciales consecuencias para la población civil. Las advertencias de Israel para obligar a civiles a abandonar el territorio de Gaza, hacia la frontera con Egipto, han inquietado al gobierno egipcio, el cual advierte que no podría recibir a los millones de refugiados palestinos en Sinaí — una región especialmente inestable. A la par, se pronunció bajo el mismo precepto la autoridad en Jordania.
Mientras los países vecinos se ven incapacitados ante una posible crisis humanitaria en la región, existe el temor de la extensión del conflicto hacía otros territorios, especialmente hacia Líbano, lo cual provocaría la intervención de otros actores.
El ataque sorprendió al mundo, pero, en realidad, es producto del carácter prolongado del conflicto. Hasta hace unas semanas, la estabilidad que gozaba la región estaba sustentada, aún, en el estado carente en el que vive la población palestina. Así como el avance del dominio israelí en la zona y, a la par, la intromisión estadounidense justificada como un esfuerzo de pacificación.
La comunidad internacional se ha visto obligada a pronunciarse en contra de la guerra. Sin embargo, el desenvolvimiento del conflicto, y la respectiva intervención extranjera — sobre todo la estadounidense —, nos permitirán comprender los verdaderos intereses en la región que, tristemente, afectan directamente a la población civil, sobre todo al pueblo palestino.