Esta sección es presentada por Roberto Iturbide, fundador de La Burbuja Financiera, Lic en Finanzas por el ITESM y Asesor en Estrategias de Inversión.
Una de las grandes sorpresas de 2023 es la fortaleza del consumidor. Las recientes revisiones generales del PIB sugieren que los consumidores todavía tienen un gran exceso de ahorro acumulado gracias a la ayuda gubernamental durante la pandemia. De hecho, el informe de Cuentas Financieras Distribuidas de la Reserva Federal muestra que los depósitos en cuentas corrientes y de ahorro (incluidas las cuentas de depósito del mercado monetario) crecieron significativamente un 28%, o 2,9 billones de dólares, entre el cuarto trimestre de 2019 y el segundo trimestre de 2023. Por supuesto, los hogares también se enfrentan a una alta inflación, por lo que el dinero depositado en el banco en 2020 ya no tiene el mismo valor ahora.
En términos reales, la misma medida de activos líquidos fue un 9% más alta que en el cuarto trimestre de 2019, lo que sigue siendo un aumento decente, pero muy por debajo del máximo ajustado por inflación del 28%.
La pregunta entonces es: ¿Cómo se distribuirán estos ahorros? El informe de la Reserva Federal proporciona algunas ideas. Como muestra el gráfico de JP MORGAN, el 80% inferior de la población ha agotado en gran medida sus depósitos en efectivo acumulados, ajustados a la inflación, mientras que el 20% superior ha retenido una parte considerable del crecimiento de los depósitos.
Se espera que este apoyo aumente aún más el gasto en áreas como bienes de lujo, servicios de ocio y bienes de consumo duraderos, al tiempo que frene el gasto en bienes de consumo básico de los hogares de ingresos bajos y medios. Sin embargo, la economía se mide en dólares, no en personas. Incluso si el poder se limita al 20% más rico, puede ser un motor clave del crecimiento económico.
Como lo demostraron las fuertes ventas minoristas de la semana pasada, los consumidores en su conjunto siguen siendo notablemente resistentes, y las reservas de ahorro siguen brindando apoyo después de la ola de gasto reprimido del año pasado.