El día que no debería existir
Corte de caja a dos semanas del Día Internacional de la Igualdad Salarial
Artículo escrito por: Marina Román
Según datos de la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos de los Hogares (ENIGH) conducida por el INEGI, el ingreso promedio de los hombres mexicanos por trimestre durante el año pasado fue de $29,285 pesos mexicanos: Arrojando que el ingreso estimado por una hora de su trabajo valga aproximadamente $61 pesos.
Si eres mujer en México, una hora de trabajo documentada y remunerada (porque las labores del cuidado no son legitimadas dentro del rubro de lo que es considerado “trabajo” y estas labores pocas veces son remuneradas justamente) vale en el mercado laboral un estimado de $39 pesos. Sí, un 34% menos.
Lo peor de la situación actual en la desigualdad salarial, no es solo la existencia de la brecha, sino que esta se ha ido acrecentando en los últimos años. Esta diferencia entre salarios de hombres y mujeres que hoy representa un 34%, en el 2020 radicaba en una brecha salarial de 21%.
Brecha salarial
Como en todo problema social, lo que significa “brecha salarial” para las mujeres difiere entre ellas, no tiene el mismo impacto generalizado por el simple hecho de pertenecer al grupo de personas que marcamos la casilla de “Mujer” cuando nos preguntan por nuestro género. El ingreso que percibimos intersecta nuestros cuerpos de maneras distintas variando en edad, escolaridad y ciudad de origen, por nombrar algunas de las muchas variables relevantes.
Uno de los ejemplos documentados por la ENIGH es la variación entre los niveles de escolaridad y la diferencia salarial que cada uno de los eslabones educativos representa para las mujeres. La encuesta arroja que, desde este lente de análisis, son las mujeres con un posgrado completo o incompleto las que perciben una diferenciación salarial más aguda entre sus contrapartes masculinas con el mismo nivel de escolaridad, percibiendo $32,887 pesos menos por trimestre trabajado. ¿Por qué como sociedad infravaloramos todo lo hecho por mujeres?
Y como vivimos en una sociedad altamente patriarcal, las diferencias salariales también se acentúan dependiendo del número de hijos que tenga la mujer
Lo que dicen los datos…
Todos estos datos nos revelan la necesidad de políticas públicas puntualizadas en materia de salarios, trabajo remunerado y regulación de las labores del cuidado, porque siempre que hablemos de mujeres y trabajo, tenemos que hablar de las labores del cuidado; todas aquellas acciones que toman aproximadamente 20 horas de las semanas de las mujeres y no son remuneradas. Cada vez que revisamos una serie de datos estadísticos, economistas, servidores públicos, tomadores de decisiones y activistas tenemos la responsabilidad de preguntarnos quienes no se están representando en esas cifras.
¿Cómo preocuparse por una brecha salarial si ni siquiera has tenido la oportunidad de entrar o reingresar al mercado laboral? En el segundo trimestre del 2022, la participación laboral de las mujeres fue de 46.2%, 30 puntos porcentuales menor a la de los hombres.
Históricamente, las mujeres han dejado voluntaria e involuntariamente de trabajar por una infinidad de razones, casi todas basadas en los roles heteronormativos de la división sexual del trabajo. La mujer usualmente se dedica a cuidar y el hombre sale a trabajar.
Programa “100 mujeres de regreso al trabajo”
En el marco del Día Internacional de la Igualdad Salarial, tuve la oportunidad de asistir a la graduación y cierre del programa “100 mujeres de regreso al trabajo”, una iniciativa lanzada en marzo de este año por la Secretaría del Trabajo de Nuevo León.
La convocatoria reclutó a cien mujeres neolonesas con un grado de escolaridad variando entre licenciatura y doctorado que hayan estado fuera del mercado laboral desde hace cinco o hasta 25 años y buscan regresar a trabajar. El programa constó de 16 semanas de capacitación en inglés, habilidades digitales y de sostenibilidad y empresas verdes, acompañadas de sesiones de mentoría con mujeres profesionistas voluntarias que decidieron creer en el proyecto.
Como cierre, el pasado 18 y 19 de septiembre se llevó a cabo el evento “El gran talento de Nuevo León” que constó de una serie de conferencias en materia de género, numerosos talleres, una feria de empleo flexible y la graduación de la primera generación del programa “100 mujeres de regreso al trabajo”. Entre los ponentes acudieron la Senadora Patricia Mercado, Liliana Olivares, fundadora de la plataforma de finanzas Adulting X junto a representantes de las organizaciones Género y Desarrollo A.C (GENDES A.C) y Macho MX, ambas al servicio de producir contenido educativo en torno a masculinidades.
No es la primera vez que se hace este ejercicio de upskilling enfocado en mujeres que buscan reingresar al mercado laboral. Programas similares han sido casos de éxito en países como Australia e India, donde se ha encontrado, según reportes del Economic Times, que dichos programas de capacitación ayudan a las mujeres a construir y expandir sus redes laborales, aumentar su seguridad laboral, adquirir las habilidades necesarias para avanzar en sus carreras y ayudarles a prosperar y destacar en su desempeño profesional.
En el caso del programa de Nuevo León, creo que tanto la capacitación técnica como la mentoría y asistencia en lo que podemos considerar como “detalles”, como lo fueron, la toma de fotografías para su perfil de LinkedIn y el acompañamiento de una diversidad de mujeres profesionistas a lo largo de las 16 semanas, hacen que este programa destaque de otras iniciativas sociales de la actual administración. Como economista, es algo muy prometedor ver iniciativas públicas cuyo impacto tienen nombre y apellido.
La graduación de esta primera generación fue un momento emotivo. Tuve la oportunidad de asistir porque mi mamá era una de las mentoras voluntarias y pude escuchar los testimonios de las familias de algunas de las mujeres inscritas; hombres que habían inscrito a sus parejas, hijxs con un sentido de enaltecimiento de ver a sus mamás activas en el ámbito laboral y servidores públicos convencidos de haber dado un pequeño paso en la dirección correcta. El “Gran talento de Nuevo León” fue la representación tangible de lo que activistas y servidoras públicas llevan diciendo por años, todas y todos nos vemos beneficiados de la inversión directa en las mujeres y su crecimiento integral. Parafraseando a Melinda Gates en una de sus conferencias: “Se ha demostrado una y otra vez, que si inviertes en las mujeres, ellas invierten en todos los demás, eso es lo que fortalece a la familia”.
Reflexiones
Estoy consciente que lo que presencié es solo una acción de las muchas necesarias para erradicar las brechas de salarios, participación y distribución del tiempo asignado a cuidados no remunerados y su regulación. También, como científica social, sé que hace falta evaluar el impacto a futuro de este programa en las mujeres y sus familias.
Reconozco que hay mucho trabajo por delante. No obstante, considero que en tiempos en los que nuestra administración federal —autoproclamada feminista haciendo referencia al número de mujeres en el gabinete— retira el apoyo a estancias infantiles, decide eliminar el Programa de Escuelas de Tiempo Completo y no empuja hacia la reforma de la Ley de Federal del Trabajo que incorpore transparencia salarial en las ofertas de empleo para garantizar igualdad salarial, se deben de reconocer los esfuerzos legítimos en pro del desarrollo de las mujeres mexicanas. Y como mujer neolonesa y activista, me detengo a reconocer el esfuerzo de la Secretaría del Trabajo local y felicitar al equipo detrás de la coordinación del programa y su búsqueda de iniciativas sociales pioneras en el país.